Por Rosa Merlano
¡Asómbrate!, nosotros sí tenemos las noticias que nadie tiene: la municipalidad de Singa, ubicada en Perú, ha decidido otorgar un título de honor a Miguel Díaz-Canel, el presidente cubano, en una ceremonia que ha dejado a muchos soltando gases a diestra y siniestra, o pedos, como recientemente escribió en Twitter la escribidora cubana Zoé Valdés. El motivo detrás de este homenaje es la singular coincidencia del nombre de la ciudad con el término "Singao", que ha sido popularmente utilizado en la isla para referirse al dictador caribeño.
Durante el evento, el alcalde de Singa, con una sonrisa que podía iluminar toda la sala, expresó: "Si hay algo que hemos aprendido de Díaz-Canel es que, al igual que 'Singao', su gestión ha tenido sus altibajos, pero siempre logra mantenerse en el centro de atención". La audiencia estalló en risas, mientras algunos se preguntaban si el título era un gesto de admiración o una broma elaborada.
Díaz-Canel, quien no pudo contener su sorpresa ante tal distinción, agradeció efusivamente y prometió "trabajar para que Singa y Cuba se unan en un futuro brillante", aunque nadie estaba muy seguro de qué significaba eso. Algunos asistentes especularon que quizás planeaba importar cerveza Singha para celebrar.
Por su parte, los ciudadanos de Singa se preguntan si este título honorífico les traerá algún beneficio tangible o si simplemente quedará como una anécdota más en la historia política. Lo cierto es que, al menos por un día, "Singao" se convirtió en un símbolo de unidad entre dos naciones que, aunque distantes, comparten un sentido del humor peculiar.