Gerardo ofrece recompensa al que le dé información sobre el verdadero padre de su hija. "Es para un trabajo práctico"

Por Rosa Merlano

Gerardo Hernández Nordelo, el espía cubano liberado por Estados Unidos y conocido en Cuba como saco e tarro, ha decidido ofrecer una recompensa por información sobre el verdadero padre de su hija, Gema. La noticia ha causado revuelo en Cuba, donde la población especula sobre la paternidad de la pequeña, quien tiene ojos azules, un rasgo que contrasta con los de sus progenitores.

La situación familiar de Gerardo es peculiar. Mientras él cumplía condena en EE.UU., su esposa, Adriana Pérez, logró concebir a Gema mediante, supuestamente, inseminación artificial. Lo que explicaron las autoridades en ese moment, fue que esta técnica se facilitó por negociaciones entre ambos gobiernos y la intervención de un senador estadounidense. Sin embargo, los rumores sobre la verdadera paternidad han circulado desde el nacimiento de la niña, alimentados por el hecho de que su madre tuvo acceso a un chofer con ojos azules durante su tiempo de soledad en Cuba.

La recompensa que Gerardo ha ofrecido parece más un intento de desviar la atención de las especulaciones que una búsqueda genuina de la verdad. En un país donde el humor es una herramienta comun para lidiar con la política, muchos cubanos han tomado esta situación como una oportunidad para hacer bromas sobre los "superpoderes" de la inseminación artificial y las "conexiones" que podrían existir detrás del nacimiento de Gema.

Comentarios en redes sociales han sido agudos y divertidos. "Seguro ese chofer tiene un doctorado en inseminación", escribió alguien en Twitter, mientras que otro usuario dijo que, "Más facil me creo que Adriana se resbaló y cayó sobre el chofer sin querer, a que el tarrú la embarazó a control remoto".

Algunos sugieren que Gerardo debería haber considerado un "Test de ADN" antes de salir a buscar al misterioso padre. Otros se preguntan si ofrecer una recompensa podría llevar a un "reality show" donde se revelen secretos familiares al estilo cubano. Un "reality show" titulado "¿Quién es el verdadero papá?" donde los participantes compitan por la recompensa a través de pruebas de paternidad y desafíos semejantes a, cómo embarazar a Adriana en el asiento trasero del carro, o en el jardín sin que te vean los guardaespaldas, si eres el jardinero, o en la piscina, sin mojarte, en el caso del piscinero.

En resumen, mientras Gerardo busca respuestas sobre su paternidad, los cubanos encuentran en esta saga una fuente inagotable de burla y humor, recordando que en tiempos difíciles, reírse es a menudo la mejor respuesta, más aún si se trata de un singao tarrú.