Por Benito Camelo
En un hecho que cada vez se va haciendo más habitual en su vida, el Comandante Ramiro Valdés Menéndez, Viceprimer Ministro y figura emblemática del régimen cubano, se vio obligado a suspender sus actividades programadas por un inusual motivo: diarrea. La noticia llegó en el marco de las celebraciones por el Día del Trabajador Eléctrico, donde Valdés había asistido a la inauguración del nuevo Centro de Despacho y Operaciones de la Empresa Eléctrica de Granma.
Según fuentes cercanas, el desayuno que disfrutó antes del evento fue un auténtico festín revolucionario: coctel de caviar con lajas de queso Cabrales y trufas a la brasa. “Un verdadero desayuno para un verdadero líder comunista”, comentaron algunos con ironía, mientras otros se preguntaban si realmente era necesario un menú tan ostentoso en tiempos de crisis.
Apenas iniciada la visita, Valdés tuvo que salir corriendo, dejando a los asistentes en estado de shock. “Parece que el único apagón que vimos hoy fue el de Ramiro”, bromeó un empleado de la empresa eléctrica. “Quizás debería haber optado por un buen plato de frijoles negros en lugar de trufas”.
Los expertos han comenzado a especular sobre las implicaciones del incidente. “Es preocupante que un líder tan importante no pueda manejar un desayuno tan ‘revolucionario’”, comentó un analista político. “Si no puede soportar un coctel de caviar, ¿qué pasará cuando tenga que enfrentar los verdaderos problemas del país?”.
Las redes sociales no tardaron en inundarse de memes y comentarios sarcásticos sobre la situación. “¿Y ahora qué? ¿Tendremos que hacer una campaña para promover desayunos más humildes?”, se preguntaba un usuario en Twitter. Otros sugirieron que el régimen debería considerar cambiar el menú oficial a algo más acorde con la realidad cubana.
Mientras tanto, el régimen ha intentado minimizar el escándalo. “Ramiro está bien y pronto regresará a sus funciones”, aseguró un portavoz. Sin embargo, muchos cubanos saben que este tipo de incidentes son solo una muestra más de la desconexión entre los líderes y la realidad del pueblo.
Y ahora, tras este episodio, algunos están considerando apodar a Ramiro “Chorro de Diarrea”, en lugar del ya conocido y tristemente célebre “Charco de Sangre”.