En una escalofriante partida de ajedrez político, Donald Trump ha impuesto un arancel del 25% a las importaciones desde Colombia, y el presidente colombiano Gustavo Petro no se quedó de brazos cruzados. En un giro inesperado, Petro ordenó un arancel del 25% a los productos de Estados Unidos, desatando una guerra comercial que podría dejar a los economistas con más preguntas que respuestas.
“¡Nadie nos va a imponer un arancel del 25%, y menos a nuestro producto estrella!”, escribió Petro en Twitter, refiriéndose, por supuesto, a la famosa exportación colombiana: la cocaína. En un momento de sinceridad brutal, Petro dejó claro que sus exportaciones deben ampliarse. “Nuestras mejores mercancías no están en el café ni en las flores, sino en lo que realmente mueve la economía”, agregó con un guiño.
La Lógica de la Guerra Comercial
Los analistas políticos se preguntan si esta es la forma en que Petro planea diversificar la economía colombiana. “Si Trump quiere jugar al duro, nosotros también. ¿Acaso no es hora de que el mundo reconozca nuestros productos más auténticos?”, comentó un asesor anónimo mientras revisaba las estadísticas de exportación.
Trump, por su parte, argumentó que su arancel es una medida necesaria para proteger la seguridad nacional estadounidense. “No podemos permitir que Colombia se convierta en un centro de operaciones para criminales”, escribió en su red Truth Social. Sin embargo, muchos se preguntan si realmente se refiere a los narcotraficantes o simplemente a los funcionarios del gobierno colombiano.
Reacciones Internacionales
Las reacciones no se hicieron esperar. Los productores de café en Colombia temen que esta guerra comercial afecte su sector, pero otros celebran la oportunidad de ver cómo el país se enfrenta a una potencia mundial. “¿Quién necesita tratados comerciales cuando tienes un producto tan popular como la cocaína?”, bromeó un agricultor local mientras preparaba su cosecha.
Mientras tanto, los estadounidenses están comenzando a sentir el impacto. “Primero fue el café, ahora esto... ¿qué sigue? ¿Un arancel sobre nuestras hamburguesas?”, se preguntó un consumidor preocupado mientras miraba su menú.
¿Qué Sigue?
Con ambos países ahora atrapados en una espiral de sanciones y aranceles, queda por ver quién cederá primero. Mientras tanto, los ciudadanos colombianos están listos para ver cómo sus “exportaciones” se convierten en el tema central de las conversaciones diplomáticas internacionales.
Y, mientras Trump y Petro juegan al gato y al ratón con sus aranceles, el mundo observa con asombro y un poco de diversión. Después de todo, ¿quién hubiera pensado que la guerra comercial podría parecerse tanto a una cebra, llena de rayas, y ser tan… entretenida?