Este jueves ha vuelto a ser noticia la decisión de Miguel Díaz-Canel de adquirir un flamante avión privado, un Falcon 900 que, según él, no es solo un símbolo de lujo, sino un "bien del pueblo". En una conferencia de prensa que dejó a muchos rascándose la cabeza, el presidente cubano proclamó que había utilizado sus ahorros personales para esta compra monumental y que, como verdadero revolucionario, planea compartirlo con los cubanos. ¡Qué altruismo!
Un viaje al volcán: el mejor destino turístico del pueblo
Pero eso no es todo. Fuentes cercanas a Díaz-Canel han revelado que el mandatario tiene planes de "botear" entre Cuba y Nicaragua, ofreciendo a los cubanos la oportunidad de conocer los impresionantes volcanes del país vecino. Porque, claro, en medio de una crisis económica y social, ¿qué mejor manera de fomentar el turismo que con un jet privado? ¡Nada dice "solidaridad" como llevar a la gente a ver lava! Guiño guiño.
La teoría del escape
Sin embargo, no todos están convencidos de las intenciones altruistas del presidente. Algunos analistas han comenzado a especular sobre el verdadero propósito de esta adquisición. ¿Acaso este avión no es más que una póliza de seguro para una posible huida hacia Rusia si las cosas se ponen difíciles? Después de todo, el viejo avión de Raúl Castro es tan pequeño que apenas puede llevar a unos pocos privilegiados. En tiempos de crisis, un buen revolucionario siempre debe tener un plan B... o en este caso, un jet.
La revolución en primera clase
Mientras tanto, la población cubana sigue lidiando con la escasez y las dificultades cotidianas. La noticia del avión ha generado risas nerviosas y comentarios sarcásticos en las redes sociales. "¿Qué será lo próximo? ¿Un yate para navegar por las aguas del Caribe en nombre del pueblo?", se pregunta un usuario en Twitter.
En resumen, la adquisición del avión privado por parte de Díaz-Canel es un recordatorio irónico de cómo la revolución ha evolucionado. De ser un símbolo de lucha y sacrificio, ahora parece más bien una comedia donde el protagonista se olvida del guion y decide volar alto... muy alto.
Así que mientras Díaz-Canel se prepara para surcar los cielos con su nuevo juguete, los cubanos continúan esperando cambios reales en su vida cotidiana. Al final del día, ¿quién necesita reformas cuando se tiene un avión "del pueblo"? ¡Candela!