Por Benito Camelo
Este miércoles la Universidad de La Habana ha decidido despedir a un grupo de valientes científicos tras revelar que el 95% de la mierda en Cuba está concentrada en el mismísimo Miguel Díaz-Canel. Y no, no estamos hablando de una metáfora, sino de la pura y dura realidad: el dictador cubano es un gran saco de mierda andante. ¡Qué escándalo!
En su último estudio, titulado “La Concentración de la Mierda en Cuba: Un Análisis Cuantitativo”, los investigadores han llegado a la asombrosa conclusión de que el 95% de toda la mierda que hay en Cuba está concentrada en la figura de Miguel Díaz-Canel.
Todo comenzó cuando un grupo de investigadores, con sus batas blancas y un par de instrumentos que ni ellos mismos entendían del todo, se pusieron a medir la calidad del aire y el ambiente en Cuba. En su búsqueda por entender por qué el aire olía tan mal (más allá del humo de los carros viejos), se toparon con un hallazgo inesperado: la mayor parte de las quejas por ese olor nauseabundo parecían tener un origen singular. Con gráficos y datos en mano, decidieron que era hora de decirlo claro, aunque sabían que eso podía costarles el trabajo, porque como es bien sabido, en Cuba, decir la verdad puede ser más peligroso que montar un punto de venta de cocaína en la Plaza de la revolución.
Por supuesto, la reacción del gobierno no se hizo esperar. En una declaración oficial, un portavoz (de cuyo nombre no queremos acordarnos en este artículo) del Consejo de Estado afirmó: “Es fácil difamar al presidente y señalarlo de ser una gran mierda, lo difícil es tener sentido de pertenecía y asumir de que sí, es una gran mierda, pero es nuestra mierda”. Sin embargo, los científicos sugieren que tal vez una buena dosis de autocrítica por parte de Díaz-Canel no vendría mal, y sobre todo mucho papel higiénico, agua en cantidades industriales, y mucho jabón.
Y por supuesto, cuando el régimen se enteró de este informe explosivo, no tardó ni un segundo en actuar. En lugar de aceptar el resultado con gracia y buscar soluciones (¡qué locura!), optaron por despedir a los científicos. “¿Para qué queremos gente que hable de problemas?”, debieron pensar los altos mandos. “Lo mejor es hacer como que nada está pasando, como hacemos siempre, y repartir aromatizante y muchos cubrebocas, pues si nadie huele la peste, es como si no existiera”.
Mientras tanto, las redes sociales se inundaron de memes y chistes sobre la situación. “Díaz-Canel: el verdadero foco de contaminación”, decían algunos. Otros incluso se atrevieron a proponer que se le diera una medalla por ser "el mayor mojón que ha dado Cuba". Y es que, en tiempos difíciles, el humor es la mejor medicina.
Los cubanos han encontrado en el humor una forma de resistencia ante un panorama sombrío. Con cada meme y cada chiste, están diciendo: “No nos vamos a dejar, y menos por un saco de mierda”. Así que, mientras los científicos son despedidos por señalar lo obvio, el pueblo sigue riendo para no llorar, recordando siempre que la risa es un acto revolucionario, sobre todo cuando la mierda es lo que más abunda.
Así estamos, en una isla donde los científicos son despedidos por hacer su trabajo y donde el presidente se convierte en el blanco perfecto para las críticas más mordaces. En Cuba, la realidad supera a la ficción, y mientras Díaz-Canel siga siendo ese “gran foco radiactivo”, los cubanos seguirán buscando maneras creativas de expresarse. Porque al final del día, si hay algo que sabemos hacer bien es reírnos hasta del absurdo, más aún cuando tiene tanta peste.