Por Rosa Merlano
Este miércoles el régimen cubano ha propuesto renombrar el "Mar Caribe" como "Mar de Cuba". En una conferencia de prensa que parecía más una cortina de humo que un evento político, los funcionarios del gobierno aseguraron que este cambio no solo es necesario, sino que es un acto de soberanía y orgullo nacional.
La Justificación del Régimen
El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, fue el encargado de presentar esta brillante idea. "Es hora de que el mundo reconozca que este mar es nuestro", afirmó con una seriedad digna de un premio Oscar. "¿Acaso no es evidente que cada ola y cada pez pertenecen a la Revolución? Además, si el imperialismo puede renombrar a su antojo, por qué nosotros no".
Celebraciones en La Habana
Mientras tanto, en las calles de La Habana, los seguidores del régimen se lanzaron a celebrar esta nueva "victoria". Los turistas, confundidos pero intrigados, se unieron a la celebración, preguntándose si debían cambiar sus itinerarios para incluir una visita al recién renombrado mar.
Reacciones Internacionales
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. Los líderes mundiales se mostraron sorprendidos ante la propuesta. “Si Cuba quiere renombrar el mar, tal vez deberíamos considerar renombrar el océano Atlántico como ‘Océano de las Oportunidades Cubanas’”, bromeó un diplomático europeo. Mientras tanto, los cartógrafos se apresuraron a modificar mapas, aunque algunos simplemente se rieron y decidieron ignorar el asunto.
Un Mar de Críticas
No todo fue celebración. Los críticos del régimen argumentaron que esta medida es una distracción de problemas más serios, como la crisis económica y la falta de libertades. “¿Por qué no renombramos también las olas? Tal vez podríamos llamarlas ‘Olas del Progreso’”, comentó un opositor en redes sociales, mientras otros sugerían nombres alternativos como “Mar del Descontento” o “Océano de la Ironía”.
Mientras el régimen cubano celebra su nuevo "Mar de Cuba", el resto del mundo observa con una mezcla de asombro y diversión. ¿Qué será lo próximo, renombrar el país como Isla democrática de las Antillas?