Por Rosa Merlano
La icónica heladería Coppelia ha decidido reabrir sus puertas, pero no sin antes actualizar su lista de precios, en dólares. Los cubanos se preparan para disfrutar de sus helados favoritos, ahora a precios que harían sonrojar al más audaz de los economistas.
Mientras la inflación se dispara, Coppelia parece haber tomado el lema "más caro, más sabroso" al pie de la letra. ¿Quién necesita un salario digno cuando puedes saborear un helado que cuesta lo mismo que un almuerzo una cena juntos? La reactivación de este emblema del helado promete ser un espectáculo digno de ver: largas colas de cubanos con sueños congelados y billeteras vacías, dispuestos a pagar el precio del "lujo".
Así, entre risas y lamentos, Coppelia se convierte en el símbolo perfecto de una Cuba donde lo dulce se vuelve amargo y los precios son el verdadero sabor del país, mientras el régimen insiste, que los dólares que se recauden ahí, serán para comprar leche para los niños.