Por Benito Camelo
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, se encuentra en proceso de recuperación después de una sorprendente intervención quirúrgica en el Hospital CIMEQ, donde le extrajeron una botella de Coca-Cola. Este insólito incidente ha dejado a muchos preguntándose cómo un producto prohibido en la isla terminó en una situación tan comprometida.
Según fuentes cercanas al ministro, Rodríguez Parrilla insiste en que no tiene idea de cómo llegó esa botella a su cuerpo. “Lo único que se me ocurre es que es un plan del imperialismo yanqui para desacreditarme”, declaró con firmeza. “Y si no, es culpa de los extraterrestres”, añadió entre risas nerviosas. “Yo soy 100% virgen de allá atrás”, insistió, dejando a todos con más preguntas que respuestas.
La noticia ha causado revuelo en las redes sociales, donde los cubanos han aprovechado la ocasión para hacer memes y comentarios sarcásticos. “¿Acaso Bruno pensó que la Coca-Cola era un remedio para la economía?”, se preguntaba un usuario. Otros sugirieron que el canciller debería considerar una carrera en el circo, dada su capacidad para atraer la atención con situaciones tan peculiares.
Mientras tanto, el régimen intenta minimizar el escándalo, asegurando que la salud del canciller es prioritaria y que se tomará acción contra cualquier intento de desestabilización. “No podemos permitir que estas cosas nos distraigan de nuestro objetivo: construir el socialismo”, afirmó un portavoz del gobierno.
A medida que Rodríguez Parrilla se recupera, los cubanos esperan ansiosos su regreso a las conferencias de prensa, donde seguramente tendrá que enfrentar preguntas incómodas sobre este extraño episodio. Por ahora, solo queda esperar que el canciller regrese con más energía y menos sorpresas inesperadas.